EDUCACIÓN GLOBAL PARA UN MUNDO GLOBAL
El mundo de hoy es
integral y global, por lo tanto las conexiones entre nosotros también
deben ser integrales y globales. Este cambio sólo es posible educando hacia la
globalidad. Cada persona debe darse cuenta que en el nuevo mundo estamos todos
interconectados y por ello debemos ser mutuamente considerados.
Para ayudar a la
humanidad a encontrar su camino en la Era
Global, debemos entender primero las nuevas leyes que rigen la vida en este
mundo y las transformaciones que han llevado a ello: nuestro creciente deseo de
ganar a expensas de los demás ha evolucionado a través de la historia, lo que
ha provocado que nos enredemos unos a otros en diversos aspectos de la vida:
económico, comunicativo, político, cultural y así sucesivamente.
Ese deseo nos ha llevado
a un círculo vicioso: por un lado, estamos acostumbrados a un modus operandi en el cual cada uno está
centrado en sí mismo. Por otra parte ya no podemos llevar una vida
desconsiderada y con atención sólo en nuestros propios intereses.
Estos han sido los
valores que forman parte del YO del mundo, mientras que estamos viviendo en un
mundo del NOSOTROS: un mundo global e integral.
Debido a las leyes que
rigen este nuevo mundo, todos somos interdependientes, por esto, todos debemos
ser considerados entre nosotros. Si continuamos actuando en sentido
contrario, seguiremos sufriendo crisis en todos los ámbitos de la vida.
Para romper el círculo
vicioso, cada persona debe reconocer la naturaleza del mundo en que vivimos y
entender que en el siglo XXI: mi vida depende de mi actitud hacia los demás.
De todo lo dicho
anteriormente, es evidente que el mundo en el siglo XXI no necesita sólo
soluciones materiales, económicas o políticas. Más bien, en primer lugar,
el mundo de hoy requiere una solución educativa. Y los jóvenes, que
sienten la brecha entre el mundo antiguo y el nuevo con más intensidad, deben
estar a la vanguardia de esta educación.